Dos meses después del encuentro Bach envió a Federico II un ciclo de piezas elaboradas sobre ese tema regio. En él se incluyen 2 ricercares, 10 canons y una Sonata a trio para flauta, instrumento que Federico II dominaba. Salvo esta sonata el resto de las obras no tienen una indicación precisa de la instrumentación lo mismo que ocurre en El Arte de la Fuga.
En ambos casos destaca la maestría mostrada en el manejo del Canon y la falta de soluciones, puesto que se tratan de una muestra de ingenio, tanto en la composición como en la interpretación reservada a personas y músicos inteligentes. Ese aspecto abstracto e intelectual ha hecho que algunos críticos consideren "poco musicales" estas obras.
En la imagen superior puedes ver un cuadro que representa a Federico II interpretando con Bach... pero no con Johann Sebastian sino con uno de sus hijos que estaba a su servicio y durante siglos tuvo más fama que su padre: Carl Philipp Emanuel
No hay comentarios:
Publicar un comentario