Soy profesor.
Al contrario de la creencia popular,
yo no soy el enemigo.
Soy alumno.
Al contrario de la creencia popular,
yo no soy solo la puntuación de un exámen.
¿Podrá conseguirse este objetivo contra natura de los sistemas educativos basados en valoración de la calidad del producto heredados del siglo XIX? Tal vez merezca la pena intentarlo poner a los dos bandos a trabajar en ello.