La encuesta nace de una propuesta para evaluar la utilidad de las llamadas "reglas" de armonía y composición. Pretende concienciar a los alumnos que las "reglas" no son inventos para restringir la creatividad sino recomendaciones para obtener una música más coherente y eficaz, puede que aún demasiado convencional, pero eficaz.
Saber escribir de manera convencional e imitando estilos no tiene porque anular el espíritu de creatividad personal y experimentación. Es solo una actividad más complementaria. Es complicado llegar a ser creativo y personal de manera eficaz sin partir de una base de conocimiento. El conocimiento puede partir del estudio organizado de elementos teóricos o de la experiencia ensayo-error propia. En todo caso los dos puntos de partida tienen que tener como base el oído, la audición consciente y comparada de diferentes soluciones. El objeto de la escritura musical no es obtener una partitura bonita y estética, sino música que comunique y transmita emoción.
Después de tanta filosofía, los resultados:
La respuesta elegida mayoritariamente ha sido la versión 1.
El objeto de este ejemplo era tomar conciencia del papel que juegan los acordes de 6a y 4a y de su pobre papel como final de una obra. Evaluamos de nuevo el resultado musical. Como experiencia nos parece fenomenal que un alumno experimente y tenga curiosidad por probarlo como final, pero desde hace siglos existen los lapiceros, las gomas de borrar y los instrumentos musicales para probar y elegir.
NO excluimos el segundo como posible final de una obra en la que aporte un significado o expresividad necesaria. Solo hablamos ahora de lo más convencional y esperado. El objetivo ahora es controlar lo que se escribe, experimentar sobre ello. Hay otras actividades para experimentar y comprobar los resultados.
El siguiente vídeo muestra la notación musical con la comparación de ambas escrituras.